La temporada para el equipo hace un mes que empezó. Lo objetivos son otros pero correr cerca de uno vive, siempre anima.

El domingo pasado, tuve que renunciar a la 90ª edición de la Jean Bouin por estar enfermo, con catarro. Esta es la carrera que para mí se estaba convirtiendo en el referente de mi estado de forma. Un 10.000 que siempre pilla al inicio de la temporada y que marca mi estado de forma y mi evolución en el año anterior. Lo que sería mi 3ª edición, quedó por disputar.

Justo una semana después en el calendario, estaba la Mitja Marató de Mataró. Para mí, mi segunda edición. La ciudad que acoge al equipo ha de vernos por sus calles corriendo, con más o menos ritmo, pero creo que hemos de estar ahí.

El catarro cuando me viene, se resiste a abandonarme. Como la semana anterior apenas pude hacer entrenos de carrera y bici por mi estado, pues esta semana previa me encontraba algo mejor y decidí recuperar el tiempo y los kms perdidos. Llegaba a esta carrera con las piernas muy cansadas, pero sin excusas. De cualquier manera, será un entreno de calidad y muy a principios de temporada. Las sensaciones no son buenas, pero siempre se da todo.

Nos plantamos un tercio del equipo en la salida. Con ganas de pasar una buena mañana de deporte al aire libre. La mañana no era excesivamente fría, aunque el viento se dejaba notar. Después de quedar en el polideportivo para dejar bolsas en el guardarropa y tras las primeras impresiones, nos vamos a calentar. Son las 9:30 y es el momento. Nos colocamos los cajones de salida, nos deseamos suerte y toca dar lo mejor de ese día. Bueno o malo, pero será lo mejor que uno se sienta ese día.

La primera parte de la carrera ser realiza por el centro de la ciudad. Siempre con terreno más o menos favorable. Aquí si uno se deja llevar, el ritmo del primer 10.000 puede ser espectacular. Pero no, hay que ser conservador. Y más cuando las patitas no piden guerra desde que uno se ha levantado. Pero aun así, el ritmo lo llevo entre 3’ 50 - 4’.

Sobre el km 4 – 5, me alcanza Dani, un compi de equipo. Me comenta que me llevaba a la vista. Hablamos de cómo vamos y juntos nos vamos marcando el ritmo. Seguimos con el terreno favorable durante 4 kms más y llegamos a la N-II. Terreno llano y con viento en contra en ocasiones. Abandonamos el calor del público que nos acompañaba por las calles de Mataró y nos dirigimos hacia el paseo marítimo. Sigue habiendo público, pero en menos cantidad.

Aquí el ritmo hay que subirlo. Aunque de cardio me encuentro muy bien, las piernas no van. Comentamos mantener esas sensaciones de ir cómodo y bajamos algo el ritmo, para situarnos entre 4’ 10” – 4’ 15”. Ritmo que mantuvimos el resto de la carrera, tanto con el viento a favor como en contra.

Del paseo marítimo salimos hacia la N-II. Los siguientes 5-6 km son los más feos de todo el trazado. Correr por la nacional y por las calles del interior de un polígono, no son lo más atractivo. Pero es lo que hay. El entreno de coco también hay que hacerlo, no?

A falta de 3 km para la meta, mis piernas están listas. No había realizado tiradas largas en los entrenos anteriores y eso lo noto en exceso. Le comento a Dani que siga, que si tiene fuerza que suba y apriete. Dice que no, que se encuentra bien. Y no se equivocaba. Su cara y su ritmo eran mejores que el mío.

Llegamos al “muro”. Son esos dos últimos kms finales de este recorrido en los que si no has dejado fuerzas en las piernas, lo subes caminando. Mis piernas no van pero no dejo de correr. Recortando la zancada se puede seguir corriendo y eso es lo que hacemos. Es ritmo ha bajado. Este final de carrera es creo que lo contrario a cualquier otra en la que siempre dejas fuerzas para apretar en los km finales. Aquí no, aquí dejas fuerzas para no perder mucho más el ritmo del que traías.

A falta de 500m, animo a Dani a que apriete. Después de varios no, al final se decide. Me saca unos metros en un momento y que veo que cada vez van aumentando. Me había acompañado la mayor parte de la carrera y no veía justo no poder entrar con él en la meta. Aproveché los últimos 100m en los que la subida se vino a menos para dar lo último que le quedaba a mis piernas. Lo alcanzo (creo que me volvió a esperar) y juntos, cruzamos la meta. De la mano, Zipi y Zape. Jajaja!

El tiempo final, 1h 29’ 16”, 14” más lento que en la edición pasada. Sin excusas.

Muchas gracias a los que nos han animado. A los compis que a cada paso sacan una sonrisa para animarte cuando ellos van sufriendo también. A nuestros fotógrafos Anna y Miquel, que sin ellos no salimos con cara decente en las fotos. Y al resto del equipo que han dejado de hacer otras cosas para acercarse a mostrarnos su apoyo también. Y gracias también a nuestros colaboradores SBRstore, Siksports, WeFeel Sport y Sensei’s, Miquel Blanchart y Bernat Moragues por esculpir triatletas de bloques de granito, una piedra dura de tallar.

Y gracias Dani por la compañía. Hoy se que me has esperado por mucho que me digas que no, jejeje!