dissabte, 26 d’abril del 2014
El año pasado pude vivirlo y tenía muy claro que este año iba a repetir. Ahora, tengo claro que haré todo lo posible, por volver el año que viene.
En esta ocasión salimos el viernes, con la autocaravana, Marcos, Anna, Quim y yo. Trayecto entretenido, escuchando música, charlando y comiendo madalenas rellenas de chocolate (impresionantes, las madalenas que cada año nos trae el Marcos). Aparcamos la autocaravana, carga de carbohidratos y a hidratarnos con unos gin-sotónicos… que el lugar lo merece.
Al día siguiente nos despertaron unos golpes en la puerta de la autocaravana. Al principio los ignoramos pero, como insistían, abrimos a ver quién era el pesado… Oh! Sorpresa! Nos encontramos a un Guardia Civil (el pobre llevaba ya un rato picando en la puerta) que nos pide que “cuando podamos, movamos la autocarava, porque hemos aparcado en la zona reservada para buses”… (glups)… “si, si… claro” (estuve por ofrecerle una madalena, pero temí que la tomara por un soborno y… tampoco había tantas, para ir compartiéndolas por ahí! ;-) )
Finalmente, nos vamos para la salida. La cola era épica, como el año anterior, pero pasamos el rato haciendo algunas fotillos, saludando conocidos que nos vamos encontrando… hasta que se empiezan a mover las bicis (unos 10’ antes, habían dado la salida).
Los primeros kilómetros, los hacemos muy lentos (ni siquiera “a A1”). A tramos, andando con la bici al lado y, cuando no, parando porque, habían cuatro charcos, y se organizaban unas colas tremendas para pasarlos por el lado. Poco a poco, me voy rayando y empiezo a atravesar los charcos por el medio (solo es barro y agua… tampoco es la primera vez J). Así, hasta que el pelotón se va estirando y empiezo a pillar velocidad de crucero (A2).
No llevo cuentakilómetros, me regulo por sensaciones: Voy bien, pues tiro… se me salen los pulmones por la boca, corto un poco… y así van cayendo los kilómetros, hasta que me encuentro el primer avituallamiento. La sensación fue que acababa de empezar (ni había probado el bidón de isotónico), así q no paro y empiezo a echarle tragos.
Adelanto a uno que lleva un MP3 en la mochila, a todo volumen, con canciones del Fary… dice que la batería le dura 8 horas. Tendrá tantas canciones el Fary?
Voy pasando bicis, accidentes, charcos y a unos cuantos conocidos (alguna charla de minuto y “bueno, voy tirando, eh!”) hasta que me encuentro el siguiente avituallamiento que solo era líquido. Relleno de isotónico y me bebo cuatro vasos (“si por sales va a ser…”) y de vuelta a la carrera.
En un tramo nos acompaña una moto de trial de la guardia civil. Tiene poco sitio para pasarnos y, aunque va más rápido, hace todo lo posible para no estorbarnos. El chaval es muy majo y la gente le va haciendo bromas. Yo voy buscando los huecos para ir avanzado y voy acabando una y otra vez a su lado, así que ya se ríe cada vez que me ve. Al final, le acabo diciendo “Te voy a ganar, eh!” y me contesta que “Si corres mucho, te multo!” y nos reímos un rato J. Es una tontada, pero es parte del ambiente de buen rollo que se respira en Monegros.
Más kilómetros, más accidentes, se acaban los charcos y empezamos a comer polvo. El viento es muy suave, y de izquierda a derecha, así q voy buscando la izquierda, que es por donde más visibilidad hay. En algunas zonas no puedes arrimarte al ciclista de delante porque no ves el suelo con la polvareda y, de tanto en tanto, hay agujeros.
Así llego al siguiente avituallamiento: isotónico (ya me había fundido el bidón, así q relleno y me meto cuatro vasos… “si por sales va a ser…”), frutita… y pastas de manzana! Uala! Me como seis y me llevo dos para el camino! J Con polvo no están igual de buenas, pero acaban cayendo también.
Paso a uno que me grita “Oye! Tú! El de SBR! El plato grande no me entra, que hago?” (Cara de poker)… “Ah! Vale! Como ponía SBR…” es lógico, si algún día corro con un maillot de “Muebles Fernandez”, me preguntarán por los precios de una mesa camilla… ¬¬’
Más kilómetros, polvo, accidentes… y el isotónico empieza salírseme por las orejas. Así q en el siguiente avituallamiento, relleno con agua. Aquí como higos, unas barritas y me echo unos geles al bolsillo (que al final no use)… y de vuelta a la carrera.
Fastidia un poco, cuando hay tramos de bajada, porque todos van más rápidos que yo… pero como hay pocas bajadas, y son cortas, acabo adelantando otra vez a la mayoría. Así pasó por el último avituallamiento, donde ya no paro.
Deben quedar unos 20km de llanura. Ahora toca vaciar los depósitos. Empiezo a dar gas y paso a A3. Avanzo cada vez a más gente. Alguno se me engancha detrás, pero yo a mi bola… cuando ya casi veo Seriñena, la pista de tierra pasa a ser asfalto. Es una señal: Cambio a PAM. No pueden quedar más de 3-4 km’s. Sigo avanzando gente, pero tengo pegado a la rueda a un tío flaco y con barba (muy hipster). Plato grande, piñón pequeño y apretar los dientes. En un par de tramos me animo conmigo mismo y suelto un “Gaaaaaaasssssssss” (me parece que el hipster me contesta… sigue ahí) hasta que entramos en el pueblo, giro a la derecha y ahí está la meta, que el hipster pasa justo detrás de mí. Charlamos unos segundos, me da las gracias, me choca la mano, nos despedimos y empiezo a reencontrarme con la gente. Muchos conocidos han tenido rampas… pero, a mí, aun se me sale el isotónico por las orejas (“si por sales va ser… ” J)
Al final 5h 07’ (media hora menos que al año anterior), posición 435 de mi categoría, 1.374 de la general, las orejas llenas de barro… y una sonrisa tonta que tardo varios días en quitarme! :-D
El año que viene, repito fijo! :-D
